Cuando se trata de mejorar la calidad de los altavoces de serie y superar la idea de los altavoces coaxiales solemos poner la vista en los kits de dos vías separadas, ya que mejoran la escena al quedar los tweeters elevados y los altavoces están filtrados en su rango de frecuencia de trabajo, como ocurre en las cajas Hi-Fi. Siendo ésta la mejora más tentadora por efectiva y práctica; no se puede obviar que a nivel de fidelidad acústica los kits de tres vías ofrecen mayores prestaciones, aunque por lo general complican un poco más el proceso de instalación. A continuación enfrentamos ambas opciones mostrando sus entajas y desventajas.

El automóvil es un lugar incómodo para plantear un sistema de audio. En un coche no están juntos los drivers como ocurre en las cajas HiFi, sino que el altavoz de graves suele quedar en una posición baja y distante desde donde el rango medio -tan direccional- no llega directamente hasta nuestro oído, sino que lo alcanza después de múltiples reflexiones que lo atenúan y distorsionan restándole definición.
Por tanto, si aspiramos al máximo potencial de fidelidad en el habitáculo, en principio lo mejor es optar por los kits de tres vías separadas, ya que añaden un altavoz específico de medios a colocar más cerca del plano de audición, diseñado específicamente para reproducir ese “mágico” rango medio en el que nuestro oído percibe más matices e información.
Está claro que esta apuesta es más complicada que un dos vías: raro es el vehículo que nos ponga las cosas fáciles para integrar el medio, los ajustes de sonido nos requerirán más tiempo, y muchas veces tendremos que explicar al cliente el valor añadido de esta solución (una escena más elevada, más musicalidad y transparencia general, mejores voces, más matices en los instrumentos…).
A pesar de que el kit de dos vías es el producto más clásico en las instalaciones de car audio, el mercado ofrece también una gran variedad de oferta en kits de tres vías. El aftermarket pone a nuestro alcance conjuntos para todos los gustos y necesidades creados con un objetivo común: ofrecer un plus diferenciador en fidelidad a aquella instalación que pueda permitirse tres vías separadas.
A nivel de fidelidad acústica siempre será mejor optar por un 3 vías, ya que se añade un altavoz de medios, pero su instalación implica otros inconvenientes
Resolviendo las carencias acústicas
Como decíamos, el interior de un vehículo no es el espacio ideal para escuchar música. Uno de los principales problemas es la falta de capacidad del habitáculo de un coche para albergar las bajas frecuencias, pero hay otros muchos, como las resonancias no deseadas o la pérdida de dinámica. Para resolver éstas y otras deficiencias, los instaladores suelen optar por los kits de dos o tres vías, para jugar con fases y alineación de tiempo para obtener el mejor resultado de escenario.
Es importante comprender que el objetivo de una grabación estéreo no es que suene en los canales izquierdo y derecho al mismo tiempo, sino jugar con la acústica para obtener la sensación de profundidad y ancho deseada.
La colocación de los altavoces es clave y son problemas que no tenemos en un ambiente de estéreo hogareño: distancia equilátera entre los altavoces izquierdo, derecho y la posición de escucha; la inmediata presencia de elementos de reflexión en todos los ángulos (los límites físicos del coche, sus vidrios, los asientos, etc.).
En una instalación HiFi no hay nada más fácil que establecer un triángulo equilátero entre los altavoces y la posición de escucha y de esta forma obtener resultados casi perfectos de imagen y escenario. Todo esto es importante saberlo, para poder entender por qué vemos con frecuencia que en los sistemas de car audio la gente se desvive por los sistemas de tres vías, pero no son tan exitosos en el entorno del audio hogareño o de estudio.
Los kits de 3 vías procesamiento. complican más la instalación, tanto a nivel de integración como a la hora de realizar los ajustes de sonido
Diferencias entre 2 y 3 vías
Como apuntamos anteriormente, un vehículo no es el lugar idóneo para intentar lograr el efecto del estéreo (que requiere del triángulo equilátero mencionado para funcionar como se desea). Muchas veces nos vemos obligados a utilizar el medio bajo (de 2 ó 3 vías) en la posición de la puerta, ya que provee el lugar práctico para colocar un altavoz de ese diámetro (hablando de un 6,5 pulgadas sobre todo).
Las ventajas de un sistema 3 vías sobre un sistema 2 vías están más relacionadas a la versatilidad de colocación que a su mejor capacidad de reproducción. En teoría, un sistema de 3 vías debería sonar peor que uno de 2 vías. Cada vez que efectuamos un corte (en el caso de un pasivo por ejemplo, entre medios y agudos), perdemos información/potencia y terminamos con severos problemas de cancelación entre frecuencia y frecuencia.
Un sistema 3 vías mal diseñado destruirá justo las frecuencias claves de las que vamos a hablar por medio de cancelaciones y caídas en el nivel de salida de esa frecuencia en particular. Por más bueno que sea el diseño de un crossover pasivo, siempre notaremos pozos cerca de la frecuencia de corte. Un buen altavoz (y buen crossover realmente) tendrá lo necesario para contrarrestar lo máximo posible este efecto, pero si lo mantenemos lo más simple posible, un 3 vías requerirá de más trabajo y más procesamiento (por parte de su crossover pasivo) que uno de 2 vías.
¿Un 3 vías ofrece mejor reproducción de medios?
Algunos instaladores sostienen que un kit de 3 vías no tiene porqué tener mejor reproducción en el rango medio que un 2 vías, al menos no radicalmente mejor. Esta afirmación se sostiene por el hecho que la buena reproducción del rango medio tiene que ver -sobre todo- con un fenómeno más relacionado con la colocación de los altavoces que con una inherente capacidad de reproducción superior.
La ventaja de un 3 vías es que tiene frecuencias claves (como por ejemplo el de la voz) sin problemas de fase (distancia). Si colocáramos un 2 vías poniendo el medio bajo en la puerta y el tweeter en su posición habitual, notaríamos que separarlos produce un efecto de “falta de naturalidad”. Esto está relacionado con el desfase que ocurre al tener el sonido viniendo (y llegando por ende) a destiempo (por milisegundos) a nuestro oído.
Si pudiéramos probar varias configuraciones con un 2 vías, notaríamos que al acercar el tweeter al medio bajo, lograríamos un sonido mucho más natural que al separarlo. Es importante comprender que el punto de corte promedio en un kit de 2 vías ronda los 2.500-3.000 Hz. Para los 2 kHz (2.000 Hz) el cerebro ya tiene una más clara definición de procedencia, distancia y por ende tiempo (fase). Este área se encuentra entre los 2khz y los 5khz. Es un área crítica para modificar elementos que afectan la percepción acústica del ser humano.
Un sistema de 3 vías generalmente mantiene desde los 2 khz hasta los 20 khz unificados. Esto quiere decir que es más fácil juntar el medio y el tweeter de un sistema de 3 vías y evitar así estos desfases que provocarán una caída del “teatro acústico” justo donde más sensibles somos.
Conclusiones
Aquellos instaladores y aficionados al car audio que les gusta experimentar notarán que el efecto de desfase de separar altavoces con cortes más abruptos (12 ó 24 db/oct) con respecto a cortes más suaves (6 db/oct) afecta radicalmente la pérdida de “naturalidad” a la que nos referíamos antes.
Se pueden lograr muy buenos resultados de separación de altavoces si se juega con las fases eléctricas (voltear la polaridad de los altavoces) para minimizar el desfase lo más posible. Muchos instaladores lo hacen con muy buenos resultados; y esto se aplica tanto para un 2 vías como para un 3 vías. Por tanto, lo principal en ambos casos es que el ajuste y procesamiento de la señal sea el correcto para poder recrear así un buen escenario sonoro.
A nivel de fidelidad acústica siempre será mejor optar por un 3 vías, ya que se añade un altavoz de medios, pero su instalación implica otros inconvenientes.
Los kits de 3 vías complican más la instalación, tanto a nivel de integración como a la hora de realizar los ajustes de sonido.